miércoles, 8 de julio de 2015

Putas

Puta no es la que trabaja en la calle. Puta sos vos. 

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Sí, vos. Sos puta si un día saliste de minifalda, si te compraste lencería hot, si le chupaste la pija a algún tipo al menos una vez en tu vida. 

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¿Por qué sos puta? Por la doble moral. 
Esa de una sociedad hipersexuada, la de las modelos de Victoria's Secret tirando besos a la cámara y los anuncios de vaqueros que simulan una violación. 
Esa sociedad llena de hombres que quieren una mujer hermosa, sensual y sexual, que les cumpla todas las fantasías, que les sirva, que se entregue a todo lo que ellos quieren sin reproches, sin pedidos, sin peros. 

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Si aceptas, sos puta. Nadie te lo va a decir a la cara, ¡qué coraje! Porque no, entre las sábanas está mal insultarte mientras cumplas con tu parte. 
Lo van a hacer después, con sus amigos, a escondidas, bien lejos. Les van a contar lo que hiciste como si fuera algo denigrante, como si ellos no hubiesen participado del ritual. Una mezcla de placer, orgullo y asco les va a llenar la boca de palabras de cuatro letras insultantes. 
Sí, pasaron bien. Sí, repetirían. Pero en el fondo, les das asco: saben que su semen no es el primero que tragas. Y eso les molesta en el orgullo. 

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Ellos quieren una nena bien para casarse. No pueden llevarte a vos el domingo al mediodía a casa, porque seguro que su mamá -¡que bien santa es!- puede detectar el aroma a hembra bien cogida que tenés. 
Necesitan a la chica linda, tímida, medio bobalicona. Esa que no se entera, que no entiende, que no se da cuenta de que la estás jodiendo. A esa llevarán con orgullo al hogar, la presentarán a su familia en un té de sábado a la tarde en la casa de la tía Nilda, y la cornearán cinco o seis horas después con la primer puta que se crucen en el bar. 

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Si decís que no, sos puta.  
Sí, claro, ya lo hablamos: ellos buscan a la chica puritana. Pero esa ya la conocen, probablemente de la secundaria o la facultad, saben cómo es, le tienen echado el ojo y la galantean cortesmente. A ellas se les permite el no, el esperar, el estar preparada o el "hacer el amor" con la luz apagada y pocas ganas. 
Pero si te lo cruzas en un ambiente de alcohol, música alta y fiesta, el decir no te convierte en puta. Porque, en el ideario colectivo, si estás ahí es porque "estás necesitada". Y, por ende, no se puede decir no. Y no querés ser calificada de puta, ¿verdad?

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Hagas lo que hagas, vas a ser una puta. Así que, mi consejo es que te lo tomes con calma. 

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